El descanso alado de Oscar Wilde
Uno de los rincones parisinos imprescindibles para los amantes de la cultura es el Cementerio de Pére Lachaise. A la belleza de las tumbas y monumentos funerarios se le une la acumulación de personajes famosos allí enterrados. Pero las tumbas estrellas siguen siendo las de Jim Morrison y Oscar Wilde. El genial autor irlandés murió un 30 de noviembre de 1900 en la rue de Beaux Arts (en L'Hotel puedes estar en la habitación 16 donde se supone que falleció) y fue enterrado en el cementerio de moda de la burguesía de entonces. Los restos de Wilde se ven embellecidos por una escultura de un ángel alado creado por Jacob Epstein, discípulo de Rodin.
El cementerio está muy bien comunicado con una parada de metro cercana (Pére Lachaise, Líneas 2 y 3) y parada de autobús. La entrada es gratuita y en cada una de las entradas encontramos un mapa con las tumbas más famosas. Existe la posibilidad de comprar un plano en el bar cercano a la entrada o en el quiosco junto a la parada del metro (aprox 2 €) pero muchas guía también incluyen el plano. El caso es que mapas y planos no evitan que acabes perdiéndote, hay tantas calles, tantas tumbas.. que al final cuesta un poco encontrar las cosas. De todas maneras donde ves grupos de gentes sabes que hay algo importante.
Oscar Wilde hace honor a su fama y el cariño que despertó su obra con su tumba. Tanto el ángel como el túmulo donde se encuentra están llenos de besos de carmín. Es costumbre que sus seguidores se pinten los labios y besen cada rincón libre. Además muchas frases de apoyo y cariño se suman a las flores que suelen encontrarse. El amante de las curiosidades disfrutará viendo los genitales mutilados del ángel, los cuales fueron considerados provocativos en su época y la leyenda dice que acabaron de pisapapeles del director del cementerio.
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