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Mi Pequeño París

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Shakespeare & Co.

Shakespeare & Co.

En primer lugar déjese el costado este de Nôtre Dame a su espalda, enfile en dirección a la orilla izquierda del río, cruze el pont Au Double y en el 37 de la rue de la Bûcherie encontrará una de las librerías más famosas del mundo: Shakespeare & Co.

No se deje engañar por los montones de libros en las estanterías, las cajas de cartón y las mesas de la parte de afuera, esos libros no se regalan aunque cada día soporten hurtos contínuos. Dentro hay muchísimos más libros pero todos están en inglés. Incluso cada libro vendido suele llevar el sello Shakespeare & Co Kilometer Zero París para distinguirlos. La parte de dentro es un vano intento de ordenar la inmensa cantidad de libros por temas o categorías pero el desorden es invencible. Puede que no sea el mejor lugar para encontrar volúmenes de interés pero sólo por el aroma a librería de viejo que exalta la imaginación del visitante ya merece la pena la visita.

Los jóvenes que atienden suelen ser residentes de paso en París que viven en los apartamentos de la parte de arriba de la tienda. El horario es de lo más extenso y cierra muy pocos días al año con lo que siempre tendremos la oportunidad de visitarla.

La librería es propiedad del americano George Whitman (que no es pariente de Walt Whitman aunque tenga un retrato suyo colgado en un lateral de la tienda) y está emparentada emocionalmente con la famosa librería/editorial de la no menos famosa Sylvia Beach. Sylvia era todo un personaje porque en su Shakespeare and Company fue la primera en publicar el Ulises de Joyce y además creó una "Generación Perdida" de escritores que residían en París entre los que podíamos encontrar a Gertrude Stein, Hemingway, Scott Fitzgerald, etc.

Shakespeare & Co. es  uno de los rincones más bonitos de la ciudad. No es nada raro entrar y ver a alguien al piano del fondo, observar las miradas emocionadas de los bibliófilos y conocedores de su historia, incluso se puede uno sentar a observar o leer en los bancos situados junto y frente a la librería. También podemos admirar la parte de la izquierda dedicada a antiguedad literarias e imaginarnos dentro de la película Antes del Atardecer con Jesse presentando su libro dentro de la misma tienda y a donde Celine acude a buscarlo. El inicio de otro romántico paseo cinematográfico por la ciudad del amor.

La Piramide invertida del Louvre

La Piramide invertida del Louvre

Desde su inauguración en 1989 la reforma en los accesos al Louvre que proyectó el arquitecto Leoh Ming Pei ha sido una de las más polémicas obras de las que se realizaron en el centro de París. Y, gracias a la publicidad del libro El Código Da Vinci de Dan Brown, ahora la Pirámide invertida que se encuentra en la zona del Carrusel del Louvre es una de las partes más visitadas del museo.

Si queremos emular a Tom Hanks/Robert Langdon y pasear por arriba hay que recordar que se encuentra justo en medio de la gran rotonda (cuidado con el tráfico) que hay enfrente de la pirámide de cristal de acceso, en la Place Du Carrousel. Normalmente no se puede andar por ella y la rotonda tiene una pequeña valla para evitar a los curiosos, pero con un poco de picaresca y con nocturnidad se puede uno asomar y emular el final de la película. El arrodillarse o no ya va en cada quien.

Si lo que queremos es ver el punto donde se unen ambas pirámides deberemos entrar dentro de la galería comercial del Carrusel. La Pirámide Invertida se encuentra justo antes de la entrada lateral al museo, con lo que no se hace necesario pasar por el scanner de entrada de las mochilas ni cuesta dinero estar allí. Generalmente veremos mucha gente alrededor colocándose en turnos para hacerse fotos o a niños que piensan que es como un columpio. También tenemos cercas un establecimiento de Virgin, joyerías, tiendas, restaurantes, etc.

Sorprende que la pirámide que está situada en el suelo sea pequeña, todos vamos con la idea de que tiene que ser grande para acoger ese supuesto sarcófago de María Magdalena y luego es poca cosa. En la película se ve más claro que justo debajo de esa pirámide estaría su sarcófago en una cámara subterránea secreta.

La explicación técnica de por qué se construyó suele ser que sirve para proporcionar luz a la galería subterránea pero no queda tan claro por qué se dispuso la pirámide más pequeña del suelo confrontada a ella. Es otro de los misterios de París. 

Mi Pequeño París

Paseos en barco por el Sena

Paseos en barco por el Sena

Recorrer el Sena en barco es una de las experiencias imprescindibles en París. El atardecer suele ser la hora más romántica y nos proporciona la visión de ver iluminarse los monumentos, la Torre Eiffel, las farolas, los puentes. Vamos que es imperdonable no realizarlo. Eso sí al atardecer es cuando el ocaso del Sol trae la humedad y una pequeña rebequita se echa en falta en verano, en invierno imaginaos.

El paseo generalmente consiste en salir de cerca de la Torre Eiffel e ir hacia Notre Dame, dando la vuelta después de la Ilè de St-Louis y vuelta atrás. Se pasa junto a la Torre Eiffel, el Museo D'Orsay, Notre Dame, el Louvre, etc.  

 Hay una gran cantidad de barcos de paseo, casi todos tienen una parte acristalada donde ir comodamente sentados y otra parte al exterior donde disfrutar haciendo fotos y tomando el Sol, o contemplando las estrellas. Hay barcos en los que se puede cenar o comer pero los precios para mi gusto son excesivos.

 Personalmente prefiero comer tranquilamente en cualquier sitio antes que en el barco y que no me cobren tanto. Por eso mi opción preferida para pasear es el Batobus. Su precio por un día es de 12 € (14 € dos días y demás precios que encontrarás en español en http://www.batobus.com). Durante un día entero puedes recorrer el barco sin límite de paseos o tiempo y tienes siete paradas: Torre Eiffel, Museo D'Orsay, St Germain Des Pres, Notre Dame, Jardin des Plantes (donde dará la vuelta), Hôtel de Ville, Louvre y Champs Elysees de donde vuelve al comienzo a la Torre Eiffel y vuelta a empezar.

 En cada uno de los barcos viaja un/a capitán y un/a auxiliar que nos comentaran antes de cada parada aquellos sitios de interés que podemos ver en inglés, francés y español (ocasionalmente italiano y alemán). Está prohibido fumar pero sí se puede estar tomando una bebida o comer algo (incluso hay máquinas de refrescos y chuches) . En la parte de atrás tienen una cubierta al aire libre en donde tomar el fresco y que disfrutan los niños y los fotógrafos. En las horas puntas hay lleno para las mejores tomas.

Sin lugar a dudas es una de las maneras más cómodas de pasear de un rincón a otro y sacar excelentes fotos. Si estás cansado o llueve te sientas en la parte acristalada, si no al aire libre a disfrutar del río y la gran cantidad de embarcaciones que lo surcan.

Los billetes se pueden comprar en cada una de las 7 paradas y además nos darán información sobre los horarios de cada parada en las distintas épocas del año. También hay precios reducidos a los menores de 16 años (8 € día) y con diferentes tarjetas o visitas a museos nos hacen pequeños descuentos.

Ah, en tierra, cerca de las paradas hay señales marrones de tráfico para que sepamos dónde se encuentran, recordad siempre que habrá que bajar junto al río y que los tiempos de parada pueden variar de 5 a 10 minutos en función del número de pasajeros que lleven. Los acostumbrados a marearse que no sufran, el barco se mueve muy poco y no hay casi olas.

El descanso alado de Oscar Wilde

El descanso alado de Oscar Wilde

Uno de los rincones parisinos imprescindibles para los amantes de la cultura es el Cementerio de Pére Lachaise. A la belleza de las tumbas y monumentos funerarios se le une la acumulación de personajes famosos allí enterrados. Pero las tumbas estrellas siguen siendo las de Jim Morrison y Oscar Wilde. El genial autor irlandés murió un 30 de noviembre de 1900 en la rue de Beaux Arts (en L'Hotel puedes estar en la habitación 16 donde se supone que falleció) y fue enterrado en el cementerio de moda de la burguesía de entonces. Los restos de Wilde se ven embellecidos por una escultura de un ángel alado creado por Jacob Epstein, discípulo de Rodin.

El cementerio está muy bien comunicado con una parada de metro cercana (Pére Lachaise, Líneas 2 y 3) y parada de autobús. La entrada es gratuita y en cada una de las entradas encontramos un mapa con las tumbas más famosas. Existe la posibilidad de comprar un plano en el bar cercano a la entrada o en el quiosco junto a la parada del metro (aprox 2 €) pero muchas guía también incluyen el plano. El caso es que mapas y planos no evitan que acabes perdiéndote, hay tantas calles, tantas tumbas.. que al final cuesta un poco encontrar las cosas. De todas maneras donde ves grupos de gentes sabes que hay algo importante.

 Oscar Wilde hace honor a su fama y el cariño que despertó su obra con su tumba. Tanto el ángel como el túmulo donde se encuentra están llenos de besos de carmín. Es costumbre que sus seguidores se pinten los labios y besen cada rincón libre. Además muchas frases de apoyo y cariño se suman a las flores que suelen encontrarse. El amante de las curiosidades disfrutará viendo los genitales mutilados del ángel, los cuales fueron considerados provocativos en su época y la leyenda dice que acabaron de pisapapeles del director del cementerio.